Mi mamá anda todo el día creando historias, según vamos hablando de cositas, ella en su cabeza va imaginando personajes, lugares y aventuras para entretenerme a mi hermanita y a mí. A nosotras nos encantan sus historias y mi hermana pequeña se parte de risa sobre todo cuando mamá pone voces y hace ruidos que no esperamos.
El otro día avisaron en el cole que había piojos rondando por las cabecitas y entonces mami nos tuvo que revisar a diario la cabeza en busca de los temidos inquilinos. Pero mi hermanita no colabora mucho y entonces mami se puso manos a la obra. No se lo ocurrió otra cosa más que decir que los piojos vienen de Gran Bretaña, que uno se llama James, el otro George y el más pequeñito, Bob. Y allí estábamos en el baño, buscando al pequeñito por si estuviese escondido entre nuestros mechones de pelo rubio. Mami mientras tanto recreaba sus conversaciones, con su mejor acento británico, claro:
-Oh Dear me! Agárrate, James, otra vez intentan sacarnos de aquí. ¡Con lo a gustito que estaba yo en esta cabecita! -decía mamá mientras mi hermana se partía de risa e intentaba continuar con la conversación inventada.
Decía mamá que Bob, el pequeño era muy tímido, por eso se escondía más y había que llamarlo y animarlo a salir.
-Bob! Come out! Sal de ahí que sabemos que estás, bribón. ¿Estará tomando té? ¿Estará esperando el autobús rojo ahí sentado? -seguía mami mientras ya iba terminando y mi hermana seguía riéndose.
Así hacía con todo, creaba historias y nos hacía reflexionar, hablar, dar nuestra opinión, preguntar y reírnos también, claro. Ella siempre tenía nombres para todos.
“Había una vez una niña que se llamaba Carmencita…”
“Y un niño que se llamaba Nico…”
“Una vez Alejandro…”
-¿Pero mamá, quién es Alejandro? -preguntaba yo a veces.
Y ella lo describía con todo lujo de detalles, como si fuese un amigo de toda la vida. Mamá tenía una imaginación infinita. Ideas y más ideas. Pero claro, a veces se inventaba dinosaurios, grandes y hambrientos, que querían zamparse nuestra merienda si no la terminábamos rápido. A veces se inventaba monstruos que nos pellizcarían el culete si no nos vestíamos inmediatamente después de la ducha para que no nos cogiera el frío. Y tanto se imaginaba que al llegar la noche… ¡mamá no podía dormir!
-¿Mamá tú por las noches duermes? -preguntaba mi hermanita.
-¿Yo? -y ponía cara de preocupada-. La verdad es que no, tengo miedo que venga el Monstruo Ramiro, el Dinosaurio Rigoberto o el Piojo George y me quedo toda la noche pendiente de que no aparezcan.
-Mami, ¿tienes miedo? -decíamos las dos a la vez.
-Sí. Tengo miedo. -Se quejaba mami.
Porque las mamis tienen magia y son muy fuertes y saben muchas cosas pero llorar, también lloran. Y ella lloriqueaba:
-Tengo miedo-.
-Mamá -dije yo con mucho amor- tú sabes que todo lo que has hablado e imaginado está precisamente ahí: en tu imaginación. Y las cosas que están en la imaginación no pueden salir de ahí, ¡o sí, sí pueden salir pero solo a los libros y cuentos! No se hacen realidad. Es solo eso:
imaginación le dije mientras la abrazaba.
Mi hermanita tuvo incluso una idea mejor para calmarla:
-Mami imagínate un bocadillo gigante, con queso, chuches, aguacate que te gusta mucho y un poco de algodón de azúcar. ¿Lo ves por dentro? ¿Lo ves en tu cabecita?
-Sí -dijo mami- lo veo y hasta me parece olerlo, dulce y avainillado.
-Pero no es real, ¿a que no? -insistió mi hermana.
-No, no, por favor, ¡que no exista un bocadillo tan, tan dulce y poco sano! -se empezó a reír
mami.
-Pues eso es mami, está solo en tu imaginación. Y los monstruos, los piratas, los dinosaurios y los piojos británicos también. ¡No tengas miedo! -le achuchamos entre las dos.
-Gracias mis amores, es verdad, a veces imaginamos tantas cosas que cuando se hace oscuro y nuestra cabecita empieza a reflexionar y pensar todo lo del día, nos puede dar miedo. Pero ahora sé que ese miedo no es necesario. Ahora eso sí, los piojos sí pueden ser reales así que… ¡al bañooooooo a revisar esas cabecitas que viene por ahí Jameeeees!
-¡aaaaaaaaaaaaaaah!
No olvides que tu imaginación puede crear muchas cosas que no siempre son reales, no tengas miedo, abraza a alguien a quien quieras mucho y verás como esa sensación desaparecerá por arte de magia 😉
¡Feliz creación!