Me emociono cuento infantil Sana Sanita

Me emociono

Hoy Lucas tiene un día muy importante, casi no ha dormido porque su cabecita ha estado toda la noche imaginándose lo que iba a pasar por la mañana y durante el día.
Hace una semana su mami le preguntó si le apetecía irse de excursión con su clase pero no era una excursión como las otras que llevaban bocadillo, fruta y agua. No, esta era muy especial porque tenía que llevar pijama y un saco de dormir.
Hace 10 días ni siquiera sabía lo que era eso pero papi lo había llevado a un lugar donde venden tiendas de campaña y muchos accesorios para acampadas y para hacer deporte, pelotas, bañadores, raquetas. Papi le había explicado que ese saco era donde se metería, como si fuese una oruguita, y dormiría la noche de la excursión. Sí, sí, dormir.
Nunca había dormido con sus amigos ni había usado un saco de dormir antes, ni su amigo Mateo había visto su pijama de Spiderman, ¡qué ganas de que llegara el día!
Y llegó. En cuanto vio un rayito de sol por la ventana esa mañana gritó:
-Mamááááááá, ¿ya es de día?
-Sí, cariño, ¡buenos días! -respondió mami desde el baño.
-¡Me voy de excursión con pijama y saco de dormir! -gritaba mientras se levantaba de un salto.
A las 8 en puntito estaban todos con sus mochilas preparados para salir a la aventura, la profe Paula llevaba gorra y gafas de sol naranjas, muy bonitas, y sonreía mucho, hablando con cada mamá y papá del grupo. Las mamis tenían muchas preguntas y parecían algo preocupadas.
-¡Nos vamos a la aventura! -decía mientras tanto Lucas a sus amigos mientras subían al autobús con toda su energía.
Ese día fue largo y muy divertido, disfrutaron de juegos, paseos por la montaña, vieron animalitos diferentes y también crearon sus propias camisetas que pintaron con las manos llenitas de pintura de todos los colores.
Se hacía de noche y la profe les contaba cuentos diferentes, algunos con una melodía muy suave y dulce y algunos amiguitos empezaban a bostezar y sentir unas ganas irremediables de cerrar los ojos. Y así fue como todos, poquito a poco, entre cuentos y cuentos cantados, se quedaron dormiditos hasta la mañana siguiente.
Por la mañana se vistieron con la ropita que mamás y papás les habían dejado preparada en su mochila, desayunaron y subieron al autobús para volver a casa.
Y cuando el autobús fue parando lentamente y Lucas desde la ventana vio a su mami sonriéndole, le entró una sensación muy rara en la barriguita y unas lágrimas asomaron en sus ojitos. Cayó una y luego otra. Era raro porque se lo había pasado genial con sus profes y amigos y no se sentía triste pero aún así, lloraba.
Bajó corriendo del autobús y abrazó a su mami, sintiendo su olor y tocando sus manitos tan suaves como siempre.
-Mami, te quiero mucho. No estoy triste pero no sé por qué no puedo dejar de llorar al verte pero no me ha pasado nada malo, solo me da alegría ver que siempre vuelves a aparecer y que me acompañas en todas mis aventuras.
-Lo sé, mi amor, abrázate fuerte. -dijo su mami con todo su cariño- lo que te pasa se llama emoción.
-Pues mamá, me emociono.

Y colorín colorado, es maravilloso sentirse emocionado.

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